
Exagricultora ahora ayuda a los trabajadores agrícolas
La trayectoria de Omaira Muñoz, desde Colombia, Sudamérica, hasta convertirse en una dedicada trabajadora de alcance comunitario para el Programa para Trabajadores Agrícolas Migrantes y de Temporada (MSFW, por sus siglas en inglés) en el Departamento del Desarrollo del Empleo de California (EDD), es más que inspiradora. Creció siendo la 14º de 19 hermanos en su familia, Muñoz aprendió desde temprana edad el valor del trabajo duro y la perseverancia en la plantación de café y en el rancho ganadero de su familia. Su crianza formó su inquebrantable compromiso con la ayuda a los demás.
En 1981, Muñoz se mudó a Estados Unidos, una transición que eventualmente la llevaría al EDD, donde ha pasado más de 25 años. Como representante del programa de empleo del EDD (EPR), Muñoz ha hecho su misión servir a su comunidad, en particular a los trabajadores agrícolas migrantes, muchos de los cuales enfrentan dificultades para conseguir trabajo, beneficios y derechos humanos básicos.
La pasión de Muñoz por ayudar a los trabajadores agrícolas comenzó en 2006, cuando asumió el cargo de trabajadora de alcance comunitario para el Norte de California. "Como trabajadora de alcance comunitario, vi la oportunidad de conocer personalmente a los trabajadores agrícolas", dijo Muñoz.
Fue una decisión que marcaría su carrera y su vida, permitiéndole conectar directamente con quienes trabajan en el campo, a menudo invisibles y no escuchados.
Para Muñoz, la parte más gratificante de su trabajo es ver la transformación en la vida de quienes ayuda. "Guiar a un trabajador agrícola para que sea autosuficiente... para que aprenda a presentar una solicitud o certificar sus propios beneficios del Seguro de Desempleo", dijo Muñoz. "Muchos de los trabajadores agrícolas no saben leer ni escribir, y ni siquiera saben si sus salarios les fueron pagados correctamente".
Ya sea ayudando a los trabajadores agrícolas a entender sus derechos, acceder a capacitaciones o navegar el complicado mundo de los beneficios por desempleo, Muñoz está comprometida a brindarles las herramientas que necesitan para tener éxito.
El trabajo de Muñoz no está exento de desafíos. Los trabajadores agrícolas seguido enfrentan las barreras del idioma y la falta de recursos.
“El desafío más reciente es con las órdenes de trabajo H-2A. Algunos empleadores tardan más de una semana para responder a nuestra referencia. Quiero establecer una buena relación con los empleadores ofreciéndoles mis servicios o colaboración para generar más empleos para los trabajadores agrícolas”, dijo Muñoz.
A pesar de estos obstáculos, Muñoz continúa defendiendo los derechos de los trabajadores agrícolas, incluyendo su derecho a salarios justos, condiciones laborales adecuadas y acceso a la atención médica.
El impacto de Muñoz en las personas que ayuda no es solo profesional, sino personal. Ella ha sido el puente que conecta a los trabajadores agrícolas con servicios cruciales, desde beneficios de salud, atención médica de bajo costo, vivienda, asistencia con los servicios públicos, bancos de alimentos y asistencia legal. Los trabajadores agrícolas también pueden recibir información para ayudarles con sus derechos laborales y la presentación de quejas.
“Pude referir cuatro quejas de acoso sexual a mujeres al Departamento de Igualdad en el Empleo y la Vivienda (DFEH)”, dijo Muñoz.
Su defensa ha resultado en mejores condiciones laborales y más oportunidades para que los trabajadores agrícolas prosperen más allá del campo. A lo largo de los años y desafíos, el corazón de Muñoz permanece con las personas a las que sirve.
“Ayudar a los trabajadores agrícolas es gratificante. Aprender directamente de ellos sobre su cultura y cómo superar obstáculos, y por qué hacen lo que hacen”, dijo Muñoz.